Historia


Una breve, muy breve historia sobre la

Cenaduría Mercedes

Diego Velasco


Quien ha visitado La Villa y no se ha comido unos sopitos, unas tostadas de pata o cueritos, un pozole o unos tamales con su respectivo atole, simplemente no ha estado ahí. Villa de Álvarez guarda una de las tradiciones culinarias más singulares en el estado de Colima, cenar en las Cenadurías se ha vuelto en una tradición que los villalvarenses guardan muy celosamente en algún lugar de su historia colectiva.

Corrían los 90´s cuando tuve mi primer acercamiento con estos iconos de la gastronomía colimota, las idas a cenar a la Cenaduría Mercedes eran manda para mi familia. Fue ahí donde conocí a una de las mejores cocineras que he conocido en mi vida y que de paso es mi abuela, la señora María Mercedes Llerenas González. Las idas a laCenaduría de la abuela que tanto me gustaban, se complementaban con las visitas a su laboratorio gastronómico, ahí por la Tiburcio Aguilar, cómo olvidar aquella vez que salió de mojiganga en las fiestas de La Villa, honor que muy pocos han tenido.

Hoy, en el 2012, a 37 años de aquel 4 de octubre de 1975 cuando la Cenaduría Mercedes abrió las puertas a sus comensales, me gustaría hacer un énfasis en reconocer una labor que supera el hecho de fundar uno de los negocios más tradicionales y arraigados en la memoria del pueblo colimense. La señora Meche, además de ser la cocinera estupenda, creadora de los platillos tradicionales que todos hemos disfrutado, ha sido una hermana, madre, abuela y ahora, felizmente, bisabuela ejemplar. Viuda y con 8 hijos que sacar adelante, le demuestra a un mundo tan habituado en aquellos ayeres de las familias construidas a partir de los patriarcados, que habían mujeres que podían echarse la carga de ellas solas sacar adelante toda una familia tan grande como la García Llerenas.

Esa pequeña historia atrás de la Cenaduría Mercedes que reza sobre el valor que tuvo la señora Meche para sacar adelante a toda una familia, tan grande como la nuestra, en una sociedad tan acostumbrada a minimizar y anular los esfuerzos y trabajos de las mujeres.

Pero el valor, la determinación y el amor por su enorme familia motivaron a Doña Meche para construir a base de esfuerzo y profesionalismo uno de los establecimientos más longevos en toda La Villa. La Cenaduría Mercedes, ahora ubicada sobre la avenida Merced Cabrera, en el centro de La Villa, no fue siempre como lo es ahora, y ese es otro de los puntos que hay que reconocer. La Cenaduría de Meche es también la muestra de que el trabajo en familia siempre da buenos frutos, ahora hay personas que ayudan a Doña Meche y a las cuales ella puede ayudar como empleadora, pero hay que recordar que en sus inicios la Cenaduría Mercedes fue el punto donde toda la familia García Llerenas canalizó sus esfuerzos, siendo así no sólo la fuente económica de la familia, sino la amalgama que unió a la misma.

Este pequeño escrito intenta ser un homenaje y un agradecimiento a una de las mujeres más valientes que he conocido, quien ha construido a lo largo de su vida un negocio que es reconocido como un icono villalvarense, pero que también ha construido una familia sólida a base de esfuerzo y sacrificio, mi abuela, Ma. Mercedes Llerenas González.